jueves, 31 de marzo de 2011

¿Qué pasó anoche en el Estadio?

Marco Tulio Araya Barboza

Jueves 31 de Marzo de 2011

La pregunta se la hice a gente conocida y también busqué en los medios. La respuesta mayoritaria fue: “¿Anoche? No, no pasó nada…” y a la pregunta ¿antier qué pasó en el Estadio?, la respuesta fue inmediata: “El partido de Argentina”, y a la pregunta ¿y hoy qué pasará en el Estadio?, la respuesta sin lugar a dudas fue: “La pelea de Hanna Gabriel”.

O sea, la “Noche Sinfónica” de anoche no existió para la gran mayoría de ticos, porque tampoco existió para la mayoría de medios que incomunicaron el acontecimiento.

El partido de fútbol contra Argentina con Maradona y Messi incluidos, se estuvo promoviendo desde hace muchos meses. Varias empresas utilizaron el gancho de Messi en sus paquetes y propuestas publicitarias: “Vea a Messi en Marzo, gánese una entrada al estadio por cada transacción”… dice una valla de una casa de préstamos (nótese que no le pusieron ni la fecha porque aún no estaba definida la inauguración ni el partido contra Argentina). Extensos reportajes, profundos comentarios, cientos de anuncios, repetición de las mejores jugadas de Messi, entrevistas a personajes destacados, contratación de narradores argentinos, empresas patrocinadoras… agarraron al país de la nariz (y de chanchos), a un país que no sabe cómo defenderse de este tipo de campañas, cuyos trucos, también se utilizan en los tiempos de política, (con resultados parecidos: promesas, engaños y saqueos millonarios).

Y ya tomado de la nariz llevaron a este pueblo dócil y domesticado, del fútbol, a la pelea de boxeo, brincándose la “noche sinfónica”. Para el arte y la cultura no hubo anuncios, ni expectativas, ni campaña, ni comentarios, ni entrevistas, ni personajes, ni reventas… lo que pasó anoche ni siquiera valió un titular en algún medio comercial. El campo libre le quedó al canal 13 que transmitió la actividad, posiblemente con pérdidas, porque para transmitir estas actividades artísticas, culturales o científicas, faltan patrocinadores.

¿Qué significado tiene esta invisibilización del arte y la cultura para un país como el nuestro?

Significa que la mayoría de nuestro pueblo, incluidos niños, niñas, adolescentes y jóvenes, entró en esa peligrosa esfera donde se masifica y se actúa sin pensar. Un pueblo que es conducido hacia el consumo como sinónimo de prosperidad, sin que le importe el impacto que le está provocando al planeta. Arrastrado a creerse jugador y deportista por haber pagado una butaca y una camiseta.

Una lección pública que le enseña a las nuevas generaciones que las patadas y los puñetazos son las pócimas de la felicidad y que la disciplina musical y la apreciación artística es perderá de tiempo.

Medios de comunicación que solo comunican y promueven si hay de por medio jugosas ganancias. Políticos que solo asisten a espectáculos si puedan promover su imagen populachera aunque corran el riesgo de recibir una bolsa con orines o una boñigueada, porque para algunos y algunas, es más rentable publicitariamente que los vean admirando al “Malacrianza” que a un grupo de jóvenes músicos, esforzados y talentosos.

Lo otro gravísimo que se está promoviendo con el Estadio es, además del consumo, el facilismo, que lleva a las nuevas generaciones a querer tenerlo todo con el menor esfuerzo. Ya ustedes suponen cómo lograr prosperidad sin sacrificio: narcotráfico, corrupción, tráfico de influencias, estafas, engaños…

Ni tractores, ni violines… patadas y puñetazos